El fútbol es sólo un deporte...

Esa frase la tendría que recordar mucha gente cuando empieza un partido de fútbol. Y es que últimamente la violencia y los malos modos se están adueñando de los campos españoles. Peleas en las gradas, insultos al rival y malas artes a la hora de jugar tienen cierta relevancia en nuestro país. Sin ir más lejos en un partido como el Barcelona- Real Madrid se puede ver la violencia hacia el equipo rival, al que destrozaron una luneta del autobus; podemos ver como los jugadores engañan al árbitro, en el penalty de Roberto Carlos; y también observamos la mala educación de los jugadores hacia los jueces, los árbitros, sin los cuales no se podría disputar ningún encuentro, viendo a Roberto Carlos no sólo a un árbitro sino también a su asistente.

Debería existir un castigo ejemplar para cada una de estas acciones, un jugador no puede dedicarse a engañar a los árbitros sin recibir sanción alguna; un aficionado no puede ir al campo del rival temiendo por lo que le pueda pasar, si le darán una paliza o algo similar. Hay que desterrar todo esto del fútbol y pensar que es sólo un deporte y que todo lo que aparece ahí es visto por los más jóvenes, por los más niños, que luego lo reproducen cuando juegan y cuando acuden al campo. Sólo eso, hay que desterrar todo lo malo del fútbol y convertirlo en lo que en realidad es, un deporte precioso que sirve para divertirse y para disfrutar durante 90 minutos.